El pasado día 24 de octubre, 54 socios de UMAY viajaron por vecinas tierras almerienses. Viaje corto en un cálido día otoñal, yo diría que casi veraniego.
Comenzamos Visitando Vélez Rubio. Un cruce histórico entre los términos de Almería, Granada y Murcia, población situada a los pies del macizo Maimón. Con más de treinta mil años en su historia, fue cuna de culturas en la Edad de Bronce y del Cobre, y en este núcleo se asentaron los romanos a su paso por la Via Augusta.
Fueron grandes las construcciones de fortalezas y torres correspondientes a la etapa musulmana, y con la conquista cristiana en 1488 se incorporó a la corona de Castilla tomando su castillo el Duque de Alba. Más tarde formó parte del Marquesado de los Vélez.
Este título nobiliario fue el otorgado por la reina Juana de Castilla a Pedro Fajardo y Chacón, el que fuera hijo de Juan Chacón, mayordomo mayor de Isabel la Católica.
El emplazamiento actual del municipio se remonta a la caída del reino nazarí, siendo posteriormente el asentamiento de la nueva población de cristianos y moriscos los que desarrollan la primera trama urbana cuya trazado irregular y estrecho aún se conserva en parte en el barrio del Fatín.
En los siglos XVIII y XIX alcanza su máximo esplendor y auge económico.
Las construcciones de la época se han dado en llamar estilo clásico velezano, y hacia sus calles nos fuimos para ver las típicas fachadas de sus casas domésticas y señoriales de fachadas blanqueadas y simétricas, en donde balcones y ventanas se les daba el lugar apropiado.
Y llegamos hasta la plaza del Ayuntamiento en donde se encuentra La iglesia
de la Encarnación, templo del s. XVIII, máximo exponente del barroco
religioso almeriense. Fue declarada Monumento Nacional en 1982 y de
ella destaca su fachada ornamentada, concebida como un retablo, coronada por
dos altas torres cuadradas y el retablo interior con motivos rococó.
Para saber más sobre la Iglesia de la Encarnación pincha este enlace
Continuamos camino del Museo Miguel Guirao y recorrimos toda la historia de esta comarca desde su prehistoria hasta los tiempos modernos. Una buena oportunidad para saber más de estas tierras tanto para los velezanos como para los foráneos.
A la salida del Museo con el Guía, el actual Concejal de Turismo.
Los 14 que faltan todavía estaban dentro viendo el Museo ¡Qué se le va a hacer! La próxima vez saldrán en la foto.
A continuación llegamos a Vélez Blanco.
Un pueblo encalado de arriba a abajo, como su propio nombre indica.
Hay una visita obligada, al Castillo
Palacio del Marqués de los Vélez, una imponente fortaleza fotogénica por sus cuatro costados.
Construido a principios del s. XVI, fue
encargado a arquitectos italianos por el primer marqués de Vélez-Blanco. Fue la residencia de los Fajardo, familia feudal que en pago a su
ayuda a la Reconquista recibió en marquesado estos territorios.
En 1931 fue declarado Patrimonio Histórico-Artístico.
De la fortaleza sólo se conserva el exterior.
Nos ha llamado la
atención sus siete torres, de la misma altura que la muralla, excepto la enorme
torre del Homenaje, que sobresale por encima del conjunto, pero aún nos ha llamado más la atención el hecho de que el claustro haya desaparecido: lo compró un
rico americano en 1904 y lo desmontó pieza a pieza para volver a reconstruirlo
en el jardín de su casa, en EEUU. En 1964 lo donó al Metropolitan Museum de
Nueva York, a donde hay que desplazarse ahora para poder ver este patio de Honor del
castillo de Vélez-Blanco.
Torre del Homenaje |
Su nombre se debe a que en ella
se practicaba la ceremonia del homenaje,
en la cual el señor le entregaba al vasallo un feudo a cambio
de auxilium (asistencia militar) et consilium (apoyo político). Además servía para destacar alguna hazaña
del señor feudal.
Patio de Honor. Museo Metropolitan de Nueva York.
Otra curiosidad, aunque no llegamos a visitar esta cueva:
Panel esquemático levantino antropomorfos. Cueva Los Letreros (Vélez Blanco) |
LLamada "Indala", Figura antropomorfa dibujada con brazos en cruz aura hallado por Siret en 1930. Datada en Eneolítico, el año 2500 adne (aunque considerada en principio de forma androcéntrica / machista como masculina, y bautizada "Indalo" en honor de San Indalecio, patrón de Almería, es indudablemente femenina).
Camino de Maria. Antes pasamos por la ermita santuario de la Virgen de la Cabeza
Ubicada en la umbría de la Sierra de María, a más de 1400 m. de altura, en uno de los parajes más bellos de toda la Comarca. Fue construida hacia 1614 junto a una fuente considerada como milagrosa donde según cuenta la tradición la Virgen se apareció a una pastora del pueblo vecino de Chirivel.
Para saber más de la ermita
Y por último MARIA.
Localidad de 1.400 habitantes situada a más de mil metros en el extremo norte de la provincia de Almería. Parte de ella forma parte del parque Natural que lleva su nombre, espectacular por su paisaje.
Impresiona por su blancura y por la cantidad de pino carrasco que la rodea.
Comimos en el restaurante Torrente. Buena comida típica y buen ambiente: Embutidos de la zona, ensalada, potaje de trigo con bacalao, cordero a la brasa con patatas a lo pobre, y buen postre casero. Café y flores dulces, obsequio de la casa.
A continuación nos dimos un paseo por sus calles recorriendo la zona de sus principales edificios:
¿Y cómo no ? Para hacer honor a sus embutidos también visitamos su producción.
Nos han dicho que cuando la nieve cubre con su manto estas latitudes, miles de visitantes llenan sus calles para disfrutar del acontecimiento, así es que tendremos que volver por estos lares para verlo.
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